domingo, 29 de dezembro de 2013

Espanha em crise

http://politica.elpais.com/politica/2013/12/27/album/1388168945_786544.html#1388168945_786544_1388170124

Mariah Carey decepciona Human Rights Foundation


(Luanda, 20 de diciembre. AFP) – Defensores de los derechos humanos han criticado a la cantante estadounidense Mariah Carey por dar un concierto ante el veterano presidente angoleño, José Eduardo dos Santos, al parecer por un millón de dólares.
Human Rights Foundation acusó a la cantante de haberse dejado “comprar” para divertir a una de las familias más ricas de África, en uno de los países más pobres del continente.
“Mariah Carey no parece tener bastante con el dinero que recibe de dictadores, más de un millón de dólares en esta ocasión”, dijo un militante de este grupo, Thor Halvorssen.
El activista se refería de forma implícita a un concierto que la artista ofreció para uno de los hijos del ex líder libio Muamar Gadafi, muerto en 2011 tras una rebelión que acabó con su régimen.
Carey dio un concierto de dos horas el domingo en una gala organizada en Luanda para la Cruz Roja, en la que se recaudaron al menos 65.000 dólares, según la agencia oficial angoleña Angop.
La web de la agencia muestra a Mariah Carey cantando con un vestido rojo a lo papá Noel, y posando con Dos Santos y su hija Isabel.
El evento fue patrocinado por una compañía de telefonía móvil propiedad de Isabel Dos Santos, la séptima persona más rica de África según la revista Forbes, que además preside la Cruz Roja Angoleña.
“Es un triste espectáculo ver a una artista internacional comprada por un Estado policial despiadado, para entretener y lavar una cleptocracia formada por padre e hija que ha amasado ilícitamente una fortuna de miles de millones de dólares, mientras la mayoría de los angoleños vive con menos de dos dólares al día”, dijo Halvorssen.
En 2008, Carey dio un concierto para Seif al Islam Gadafi, hijo del ex líder libio. Tres años más tarde dijo que se sentía “muy mal y muy molesta” por su actuación.

País ilegal

JUAN MARTIN ECHEVERRÍA |  EL UNIVERSAL
domingo 29 de diciembre de 2013  12:00 AM
En una supuesta conversación con un cubano que no es revolucionario ni capitalista, pero que no tiene valor para construir una balsa ni para pagar los múltiples peajes que se requieren para salir de la isla, éste nos explica que es imposible sobrevivir sin violar de manera cotidiana las normas que rigen allí desde hace 54 años: entre nosotros no puedes comer, ni desplazarte, menos trabajar, si no pisoteas una tras otra una norma escrita o no, y mucho de eso ha sido trasladado a Venezuela, que es sin lugar a dudas un país ilegal. Nos explicamos, si el pueblo de manera unánime te escoge como gobernador, alcalde o concejal, inmediatamente el régimen crea un organismo paralelo que es el que recibe los recursos, pisoteando la voluntad popular. Si los ciudadanos rechazamos en un referéndum la visión centralizada, comunal y comunistoide del oficialismo, ipso facto las autoridades ponen en ejecución lo que ha sido rechazado por la mayoría y así sucesivamente; por ello podríamos resumir en una sencilla frase el escenario político actual: "vivimos en un país inconstitucional desde la médula de los huesos hasta el aire viciado que respiramos".

A mayor abundamiento vayan los siguientes tips: el régimen se reserva las divisas, que son prácticamente un monopolio de la clase política en el poder, reduciendo cada vez más lo que se le entregaba al sector privado, hasta prácticamente limitarlas a alimentos y medicinas; sin embargo para el gobierno no existe el dólar paralelo, que es indispensable para importaciones necesarias, y sin el cual habría que declarar a la nación en terapia intensiva, como cuando en una compañía anónima la asamblea de accionistas rechaza el balance financiero. En una visión diabólica se iniciaron con fuerza las fiscalizaciones previas a las municipales, que cambiaron la tendencia del voto y ubicaron a un porcentaje de pequeñas y medianas empresas en una situación límite, que se definirá en el primer trimestre del año 2014. El concepto de lo que está ocurriendo es corto y elemental, gobierno bipolar, radical y aplastando, en nombre de la revolución, la Constitución aprobada en 1999 y los postulados esenciales del Estado de Derecho.

Todo lo anterior nos ubica en una estrategia de supervivencia, porque lo que se le aplica a las amas de casa, estudiantes, sindicatos, organizaciones partidistas de oposición, ONG y a lo internacional democrático, es la más absoluta indefensión. Se tira la pedrada del dólar turístico y se mantiene en la realidad el llamado dólar fronterizo, que cabalga en la economía de dos países con un pie en cada territorio, a pesar de que las autoridades debían pensar primero en el ciudadano y luego en sus intereses que abarcan las comunas, la posible cartilla de racionamiento y la inseguridad que mantiene a la población en extremada tensión, porque debe adaptarse a las reglas del terreno las 24 horas del día y además porque la institucionalidad revolucionaria busca tener votantes, pero rechaza a quien pretenda ser un ciudadano a tiempo completo. Lo que vale son los "deberes revolucionarios" y no los derechos democráticos.

Estamos en un estado de guerra, donde la violencia contamina cada actuación del Ejecutivo y se escapa por los intersticios de las puertas y ventanas, mientras el ciudadano tiende al aislamiento, hay desconfianza, confusión y el enemigo más peligroso del radicalismo es su propia propaganda, que pretende sustituir la realidad del desabastecimiento, la inseguridad, fallas en los servicios, y el absoluto desprecio del poder a la presencia dinámica de quienes pretenden ejercer a plenitud el núcleo básico de la declaración universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La libertad no puede ser instrumentada por el viceministerio para la felicidad, porque es lo que nos hace hombres con deberes y derechos. En fin, cultura política, rendición de cuentas, respeto y el principio indeclinable de la soberanía del pueblo.

Gobierno y oposición están como dos puercoespines, que de la boca para afuera dicen que quieren acercarse y se hacen daño: hay que pasar de las palabras a los hechos para sentirse representando a los ciudadanos; no es vencer sino convencer, no es imponerse sino razonar, no es lucrarse sino trabajar solidariamente en beneficio de las mayorías y minorías y no pretender protegerse en una especie de campana neumática, que nos aleja de las contingencias cotidianas, tales como las colas en búsqueda de alimentos, el riesgo de sobrevivir en los barrios o la inflación, que es una pandemia que mata sin posibilidades de vacuna, y que es generada por el régimen por lo disparatado de las medidas, que ofrecen comida para hoy y hambre para mañana. El gobierno se devora a sí mismo.

As potências brigam, o povo paga.

Campo de refugiados da guerra civil na Síria